Poder Implícito e Imperfecto

Momoku había logrado llegar hasta la sagrada estepa, donde yace la ruptura dimensional, pero al llegar a la primer entrada, se encontró con Septentrión, el guardián de la entrada norte, quien lo hizo caer en un portal que lo llevaría hasta un lugar desolado, el guardián quería probar su persistencia, pues si quería conseguir ese poder, debía mostrarse digno.

Así que, le mostró la salida de ese lugar, un pequeño destello lejano y le dijo que llegar hasta ella le tomaría unos siete billones de años, si viajaba a su máxima velocidad de manera constante, después desapareció y Momoku comenzó a moverse hacia esa luz. En esa dimensión, el tiempo era distinto que en la estepa, por lo que no paso ni medio segundo en el planeta gigante, pero en la dimensión de Septentrión, ya habían pasado los siete billones de años y Momoku no paró, ni dudó en ningún momento en pasar la prueba y conseguir ese poder.

Al salir de esa dimensión, apareció en la segunda entrada de la estepa, la cual estaba rodeada de espinas negras y enormes. Frente a él apareció el segundo guardián, que se hacía llamar Meridión, encargado de cuidar la entrada sur, era quien debía probar su voluntad ante la dependencia. Envió a Momoku a una realidad alterna en la que el no tenía ningún poder, era inválido y no tenía las manos, hizo que perdiera su autonomía y le condeno a vivir así el tiempo que tarda una vida mortal, pero él jamas se quejó, pues su voluntad era de hierro y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar a su universo. 

Cuando murió en esa realidad alterna, se encontró frente a la tercer entrada, donde se encontraba Naori, guardián del este. Era el encargado de probar la inteligencia de quien ostentara el poder de la ruptura, al ser el segundo ser mas poderoso de ese lugar, creó un universo entero y lo puso bajo el gobierno de Momoku, si éste prosperaba, habría pasado la prueba, pero si colapsaba en el caos y la oscuridad, él seria destruido para siempre. Gobernó sabiamente sobre cada especie, civilización, galaxia y ser en este lugar, lo hizo prosperar equitativamente, realmente era un ser extraordinario e inteligente, este universo artificial desapareció y Momoku volvió, no le importaba dejar de ser un dios en otro universo, porque el poder que conseguiría con la ruptura, sería miles de veces mayor a ese.

Abrió los ojos y estaba frente a Cardinal Poniente, el ser más poderoso que había en esa realidad hasta el momento, el último de los guardianes, encargado de la entrada oeste, Momoku estaba impresionado por tal poder, sin embargo, estaba seguro de su objetivo y no se dejaría vencer fácilmente, pero lo primero que hizo, fue intentar persuadirlo sobre de la decisión de hacerse con todo ese poder, mas ignoró esta advertencia y pidió que le fuera mostrada la última prueba, entonces Cardinal Poniente le preguntó si estaba seguro una última vez, pues de allí en adelante no habría marcha atrás y, sin vacilar ni un poco, contesto que estaba preparado para todo y que no se rendiría ante nada, el guardián le dijo que él probaría su poder, si fallaba esta prueba, destruiría más de la mitad del Multiverso conocido, pero si ganaba, le llevaría hasta la ruptura, Momoku  aceptó y en ese momento, crecieron a un tamaño descomunal, un universo cabía en la palma de sus manos, la oscuridad que consumía todo, estaba intentando devorar el Multiverso y él debía luchar contra ella, utilizando todo su poder, entonces usando cada gota de energía, empujó a la oscuridad por una eternidad, hasta que fue retraída y el Multiverso estaba a salvo, en ese momento, el último guardián cumplió su promesa y le llevó al interior de la estepa, donde yacía la ruptura.

Momoku se lanzó hacia ella y obtuvo el poder más grande y extraordinario en toda la dimensión, pero al hacerse con él, empezó a transformarse en un ser prisionero de la ruptura, obligado por siempre y para siempre a permanecer en la estepa, impidiendo que otro ser fuera condenado de esa manera, se había convertido en el quinto guardián, quien debía proteger una nueva entrada a la ruptura, después de haber luchado tanto por ese poder, ahora lo tenía, pero significaba un cautiverio eterno...

 

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